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Este es un tema, que hasta vernos sumergidos en la crisis actual, se ha mantenido bastante más apartado de lo correspondido (dada su importancia y repercusión), de la actualidad económica.
ResponderEliminarNo es un asunto simple ni fácil de tratar, pues al referirnos a la deslocalización nos adentramos en un terreno de múltiples situaciones y motivaciones.
El offshoring, outsourcing e incluso la combinación de ambas estrategias nos abren un abanico de posibilidades que obliga a las empresas a ser unas expertas conocedoras del mercado, y sobre todo del producto que venden.
Al principio parecía una decisión inevitable la deslocalización de las empresas.Los costes y las políticas de corto plazo impedían cualquier otro planteamiento que tuviese como consecuencia inmediata la renuncia de parte de unos beneficios basados en dichas políticas.
La industria textil ha sido uno de los sectores que mayores consecuencias ha sufrido de este fenómeno.Cualquiera de nosotros puede comprobar observando las etiquetas de la inmensa mayoría de ropa disponible en el mercado actual, que nos encontramos ante una sucesión de políticas arancelarias que posibilitan un sinfín de condiciones para que una prenda pueda dar la vuelta al mundo y aterrizar en nuestro mercado a unos precios a veces incomprensibles.
Todas estas medidas de comercio exterior suponen una coraza probablemente imposible de atravesar, pero ello no justifica el no tomar el máximo de medidas posibles en temas de protección arancelaria que sean más efectivas.
Paises como China, nos llevan a estereotipos mentales como jornadas laborales interminables y calidades bajo-medias, pero seguramente las generaciones siguientes no estarán dispuestas a sufrir dichas condiciones, de forma que varias formas de deslocalización carecerían de sentido.En cuanto a la calidad,parece que China está invirtiendo en I+D más de lo que le gustaría a occidente, lo cual nos debería obligar a enfocar nuestros esfuerzos con más incidencia en esa dirección.
A veces parece que sólamente existe una salida para la supervivencia de las empresas, pero tal vez no haya que dar por hecho que lo que hace la gran mayoría sea la mejor solución para todas ellas.No todos los clientes buscan lo mismo.Aunque parezca una paradoja, volviendo a la industria textil,parece ser que una cantidad importante de consumidores ,sobre todo Chinos y Japoneses, están dispuestos a pagar cantidades bastante más elevadas por prendas de gama media que contengan la etiqueta "Made in France" ó "Made in Italy".
Claramente no todos los sectores sufren el mismo riesgo de deslocalización, pero sería conveniente reforzar todos los frentes que nos hagan vulnerables frente a esta realidad; y en esa tarea las instituciones deberían de aumentar sus esfuerzos en temas arancelarios , tributarios y de comercio exterior.